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Lilian Levy

Tips para sobrevivir (y disfrutar ) un restaurante con tus hijos


Ir a comer a un restaurante con tu hijo pequeño puede resultar toda una odisea hoy en día. Algunas veces extraño la época en la que comer fuera de casa era todo un placer y podía quedarme en la sobremesa el tiempo que quisiera, pero las cosas cambian y después de algunos años he descubierto que con algunos trucos puedo llegar a disfrutar esos momentos y enseñarle a mis hijos a comportarse y comer bien aunque no sea en casa.

Yo voy a los restaurantes los domingos con mi familia, pero trato de comer en casa el resto de la semana porque creo que la comida en casa ayuda a que los niños coman mejor y establezcan buenos hábitos. Pero esas veces que voy fuera, me gusta que sea una experiencia provechosa.

Lo más importante es tener opciones que sean conocidas y que las puedas repetir porque a los niños les encanta lo familiar y puedes aprovechar de lo que te funcionó la ultima vez, por ejemplo, es más probable que tu hijo sepa que pedir en un restaurante que ya conozca y por lo tanto, coma mejor.

Aprovecha de los nuevos conceptos de mercado-restaurante donde cada integrante de la familia puede comer otro tipo de comida, por lo general encontrarás alguna opción que le guste a tu hijo. Dar opciones a los niños les hace sentir que están en control por lo que hay menos riesgo de un berrinche.

Cuando elijas el restaurante busca alguno que sea estilo familiar y mejor aún si cuenta con espacio de niños o juegos donde puedan estar si terminan antes. Si no elige alguno que tenga pocos estímulos, que no tenga música muy fuerte o pantallas que los distraigan y se sobreestimulen.

Evita llegar a la hora pico, donde vas a esperar mucho tiempo para entrar o el servicio va a ser muy lento, a mi me gusta llegar muy temprano cuando todavía esta vacío o muy tarde cuando ya casi no hay gente, depende la hora en la que desayunamos y que tan pesado fue, pero cuando está muy lleno el restaurante la situación con los niños es más incomoda.

Es muy importante que consideres que tus hijos deben llegar con suficiente hambre a la comida, porque si les das de comer antes seguramente se van a desesperar y es ahí donde empiezan a portarse mal, tampoco los lleves cuando estén con tanta hambre que su tolerancia a la frustración sea muy poca, lo mejor es cuando tienen ganas de comer porque así comerán al mismo tiempo que tú.

Cuando me siento y se acerca el mesero trato de pedir de comer antes de ordenar las bebidas para que si mis hijos están muy hambrientos no tengan que esperar tanto y vayan trabajando la orden, y ya después pedimos las bebidas.

Siempre pide agua natural (tu y ellos) porque si tu pides refresco de dieta ellos van a copiar el ejemplo, también se vale naranjada sin azúcar o agua mineral (que a mis hijos les encanta la sensación de burbujas en su boca).

Trata de pedir los platillos para compartir en el centro, así tienes posibilidad de probar más cosas y ellos se pueden animar a probar algo nuevo y eso si, NUNCA pidas la opción de niños del menú porque por lo general es lo menos sano y los limitas a probar cosas nuevas. Una opción sería pedir: una o dos entradas que incluyan vegetales, un plato fuerte de proteína (pollo, pescado o carne ) y un acompañante como pasta, arroz, puré de papa o algún grano, evita papas a la francesa, o frituras porque puede ser lo único que van a querer comer, en vez de eso pide verduras al grill o al vapor.

Puedes pedir las salsas por aparte para que así prueben cosas nuevas, por ejemplo pides la carne sin la salsa y cada quien le pone al gusto, o la pasta con la salsa de la elección de cada quien, eso les da más seguridad de probar cosas nuevas y no lo ven tan apantallador con preparaciones sofisticadas como luego sucede en los restaurantes.

Evita sacar tu celular o iPad cuando se empiecen a aburrir, aunque parezca tentador es importante que desarrollen su tolerancia a la frustración, es mejor llevar crayolas o pide una pluma al mesero para q se entretengan pintando. Trata de no abusar con la sobremesa y de comer en lapsos más cortos de lo que estabas acostumbrada.

Para el postre pide fruta o algún sorbete que es mucho menos pesado que un postre frito o con millones de azúcar.

Créeme que poco a poco tus hijos se irán adaptando y disfrutarás con ellos la experiencia culinaria de comer en un restaurante.

Espero que estos consejos te ayuden la próxima vez que comas fuera de casa.

Me encanta leer tus comentarios!

Un abrazo

Lilian. Foodie mom

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